martes, 29 de enero de 2008

'Pancho' Dotto, en Isla Gorriti

Su energía está más allá de lo que afirma el documento. Las ganas de seguir generando alimentan su inclaudicable motor interior. La gente lo ve pasar en un barco, bailando y contagiando buena onda rodeado de bellezas, y le parece estar viendo la misma película de hace varios años. Y no se equivoca. “Pancho” Dotto (52) es el mismo de siempre. El que no para nunca, el que visitó Costa CARAS con su nueva camada de modelos para seguir festejando los veinte años de su agencia en Punta del Este. “Vine por primera vez el 26 de diciembre del ‘88, con la expectativa de armar algo importante en términos de comunicación para mis chicas y mi empresa. Y hoy estoy feliz de cumplir veinte años en Punta. Ininterrumpidos, eh, nunca hubo una enfermedad, nunca un Pinamar ni un Mar del Plata. Nadie hacía la movida que yo hago acá, y nadie la hace hoy. Soy un tipo que cuando se pone algo en la cabeza, lo sigo a fondo. Y estoy muy convencido de lo que hago.”
Cuando el barco donde viajaba Dotto desembarcó en Puerto Jardín, el representante se emocionó. “Costa CARAS es un lugar increíble, me encantó. Desde siempre vine a la Isla Gorriti, porque me apasiona la navegación. Y gracias a la invitación de ustedes me reencontré con un amigo del colegio -dueño del barco-, y pasamos un día increíble. Me parece una propuesta muy piola -confesó antes de presentar a sus nuevas tops-. Estoy contento de tener estas nuevas chicas, ellas mantienen viva la esencia de la agencia. Miren lo que es esa nena, Marina Señuk (15). La descubrí hace dos años, en Misiones. Para mí tiene que venir ya a Buenos Aires, pero antes debe resolver el tema del colegio. Por su piel mate, ojos claros, el pelo y las proporciones increíbles, puede hacer una campaña internacional como la de Revlon. Micaela Riera (16) tiene un perfil parecido al de Julia Roberts. Llegará a ser lo que se le ocurra y, al igual que Marina, tiene mucha personalidad. La morocha es Maylén Vivas (18), otra onda distinta, más look motoquera. Y a Silvina Tavella (18) la conocí cuando tenía siete años, porque su hermana también empezó con nosotros.

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