lunes, 19 de enero de 2009

Cinthia Fernández en revista Paparazzi


Asimple vista parece una adolescente más. Pero no lo es. Todo lo contrario. Cinthia Fernández, protagonista femenina de Bendito Total con tan sólo veinte años, no se calla nada. Ni lo esconde, para regocijo de los hombres. A lo largo de 2008, en su paso por Patinando por un sueño, demostró que si tiene que sacar los trapitos al sol, lo hace. Y aunque eso ya pasó y el verano está en llamas, la morocha no perdió las mañas.

–Tenés sólo veinte años y ya sos cabeza de compañía. Muchas colegas, que andan por los treinta, nunca tuvieron un protagónico…
–Je je je, me hiciste reír. Eso tiene que ver con lo que uno da. Los que contratan son los productores, y deben ver algo en mí. Me ven capacitada para ocupar ese rol, porque si no, no me hubiesen puesto. Juega lo que sé hacer arriba del escenario, y la prensa que tengo. Se dio todo muy rápido, y nunca me lo había imaginado. Tengo un protagónico en una obra, ¿qué más puedo pedir? ¡Estoy feliz! De chiquita soñaba con trabajar en la tele, y ahora que se dio no lo puedo creer. No me veía sentada en una oficina. Me gusta aprender cosas, por eso también me sirvió pasar por la facultad, porque te abre la cabeza.

–También se dice que las chicas llegan porque tienen intimidad con productores. Que hacen casting sábana… ¿Sentís que vos pudiste hacer una carrera diferente?
–Te juro que me siento súper diferente. Gracias a Dios, empecé por algo mediático que no supuse que iba a tomar tanto volumen. Creí que sólo iban a ser escándalos pasajeros, y nada más. Y de un día para el otro estaba en Bailando y después en Patinando por un sueño. Algo en mí habrán visto. Igual, hay chicas que son puro talento como Archimó y Fidalgo, que sabemos que no se tuvieron que acostar con nadie para llegar donde están, porque hace años que la vienen peleando. Y esas cosas se notan, creo que la gente se da cuenta de eso como nos damos cuenta los que estamos dentro del espectáculo.

–¿Cómo es la relación con tus compañeras del elenco? Se habla de mala onda con Gabriela Mandato, ¿es así?
–El problema viene de antes, pero no voy a hablar de ella porque no le voy a dar lugar a una persona que en mi vida no tiene importancia. Así que ahí se terminó el tema de esa chica que se apellida Mandato.

–Decís que el problema viene de antes, ¿de cuándo, de qué circunstancia?
–Es mentira que me agarré de los pelos, lo aclaro porque no quiero que se digan pavadas. Y no quiero seguir hablando de ella porque no me interesa. Con el resto de mis compañeras me llevo bárbaro porque no son muy conocidas, y no tienen todos esos mambos de divismo.

–¿Qué recuerdos tenés de tu paso por Patinando por un sueño? Muchos te daban como la ganadora, pero fuiste eliminada antes de la final…
–Fue todo muy raro. Cuando arrancó el certamen y se especulaba con los que iban a llegar a la final, pensé que tenía posibilidades. Pero la final fue cualquier cosa, distinta a la que imaginaba. Pensé que iban a llegar las mejores, pero nunca es así. Sino, fíjate que llegaron Laura Fidalgo y Pampita a la final de Bailando, y ganó Pampita, o sea, nunca ganan los mejores.

–¿Te dio bronca no haber participado en la final?
–Bronca no tengo ni por casualidad. El jurado consideró que era la mejor, y siempre me lo decía, la gente por la calle también, y a mí el título de Patinando por un sueño no me sumaba ni me restaba. Como dice Moria, “las chicas de ahora se piensan que se consagran con un Bailando o un Patinando”, pero no te consagra eso, al contrario. Muchas veces llegan más lejos las chicas que quedan en semifinales antes que las propias ganadoras.

–Muchas colegas opinan que sos una chica brava, ¿es así?
–¡No lo soy! El 90 por ciento de la gente del ambiente es falsa, y le molesta que le digan las cosas de frente. Pero ya entendí el secreto para mantenerse: ser falsa también. Si no lo sos, no te mantenés. Pero como a mí me criaron distinto, digo las cosas como son. A ese noventa por ciento no lo quiero ver ni pintado.


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