Lo que hacía la linda Rocío antes de ser una "Femme Fatal"

Rocío Guirao Díaz reveló algunos de sus secretos mejor guardados: era fanática de Flavia Palmiero en "La ola verde" y participó de varias reconocidas novelas infantiles.

Además, cuenta que "alucinaba con Cris Morena" y que su participación en Amigovios no lo tomó "como trabajo porque sólo quería estar en el programa".

Si bien es verdad que siempre hay cosas por descubrir en cada persona, el caso de la modelo Rocío Guirao Díaz es muy elocuente.

Ahora se supo que la rubia que baila en Showmatch tiene un pasado vinculado al público infantil (algo que no se podría decir hoy): participó de varias tiras para niños como actriz pero en papeles muy pequeños.

“Tenía 14 años, fui a la agencia me hice unas fotos y ahí empezó mi carrera. En realidad comencé haciendo bolos en Chiquititas y Cebollitas, cosa que no tomé como un trabajo, sino como que se cumplía mi ilusión de participar en las novelas que miraba todos los días en mi casa”, describió.

Además, no fueron los únicos dos programas. Después llegó a su novela predilecta: “Participar en Amigovios fue re loco: no me importaba la plata ni nada, sólo quería estar en el programa”, revela la modelo a la revista Pronto.

Es que, según ella misma, era una “hija única muy malcriada” y se salía con la suya cada vez que quería algo. “Mi hobby era disfrazarme, bailar y cantar. Miraba Chiquititas para copiar las coreografías, alucinaba con Cris Morena”, dice recordando un pasado no muy lejano.

Pero el verdadero fanatismo se dio con, casualmente, otra integrante del staff de Bailando por un sueño (eliminada semanas atrás): “Amaba mirar a Flavia Palmiero en La ola verde. Flavia es una divina total. Lo primero que le dije ni bien la vi fue: ´Flavia sé todas tus canciones de La ola está de fiesta´, y ella se mató de risa”, admite Rocío con brillos en los ojos.

“Fue cumplir un sueño el participar (del programa de Marcelo Tinelli) con alguien que era mi ídola”, concluye la modelo, quien, a juzgar por sus producciones fotográficas, poco le queda de nena.