jueves, 27 de enero de 2011

PAULA CHAVES en revista gente

Avanza y un autógrafo. Sigue y una foto. El sol empieza a bajar. Las fotos se tienen que hacer antes de que la luz se vaya. Es toda una odisea para Paula Chaves (26) llegar a la orilla. En sólo unos meses se convirtió en uno de esos personajes que no pueden caminar por la calle. Antes no le pasaba. Dejó de ser sólo una “modelo conocida”, que los hombres se dan vuelta al ver pasar, para convertirse en “Paula, la de Bailando”, querida por chicos y grandes. Y la novia de Peter, claro.

“Me volví popular”, como le gusta decir. No en vano alrededor de medio millón de personas la votaron en la final de Bailando por un Sueño y la consagraron subcampeona frente a La Mole Moli. ¡¿Cómo no se destapó antes?! Tiene un porte que impacta. Es armónica y bellísima. Le tenía que llegar SU momento... Y es este. Veámos qué dice ella.

–En Bailando dijiste que el 2010 había sido el mejor año de tu vida. ¿Qué te dejó?
–Cuando me ofrecieron hacerlo tuve miedo. Hacía siete años que venía trabajando como modelo, pero con un perfil súper bajo. Me conocían sólo en el ambiente de la moda, no era popular. Tuve miedo de la exposición, de los líos, pensé que tal vez no estaba para eso...

–Hubo un momento complicado. Ese cruce con Graciela Alfano que te dejó llorando...
–Sí, ¡cuando me mandaron al psiquiatra por complejo de Edipo! Me fui llorando, me encerré en el camarín y pensé: “¿Para qué estoy acá? La estoy pasando mal”. Porque hasta ese momento venía bárbaro, me tiraban flores... Pero en todo show hace falta una villana.

–¿Cómo te sobrepusiste?
–Me calmaron Peter, Ale (Alejandro Gallego, su bailarín), Mariela Peña (su coach) y Diego, (el marido de su coach). Ese día papá no estaba... Entendí que se trataba de un show y que no me tenía que afectar. Es que soy muy sensible.

-¿Esa sensibilidad es lo que le gustó a la gente? ¿Qué creés que vieron en vos?
–Les gustó que me mostré auténtica. La gente está un poco cansada de ver personajes en la televisión. No saben qué creer, se preguntan si el romance es verdad...

–Y... ¿es verdad el romance?
–¡Es verdad! El romance fue y es verdad. El otro día una señora me preguntaba eso, y yo le decía: “Sí, señora: es verdad. Bueno, de novios no señora, nos estamos conociendo...”. Y ella acotaba: “Me gusta”. “A mí me encanta señora”, le decía yo. (Risas) Me mostré tal cual soy. Tal vez eso gustó… mi sensibilidad y la historia de amor que tenemos con Peter.

–Al principio resultó raro. ¿Cómo se dio?b –Lo nuestro se dio porque pasábamos mucho tiempo juntos. Como cuando estás en el colegio, con tus compañeros, compartiendo todo. Teníamos buena onda, nos enganchamos y todo se vio en la tele. En cámara quedaba como una fría, pero lo que pasaba era que… ¡me daba vergüenza de verdad! Soy pudorosa. Pero de pronto la exposición pasó, dejamos de estar físicamente todos los días en el mismo lugar y estamos en la etapa del después, viendo cómo seguir... Siempre extrañándonos.

–La gente compró la historia de amor.
–Casi ni nos dimos cuenta. Empezamos a salir como cualquier pareja de chicos normal y de repente todos decían que nos queríamos casar y tener cinco hijos. Son condimentos que se le van poniendo a la relación, pero en realidad somos dos chicos que se están conociendo. Ahora que el programa terminó, todo está más tranquilo...

–¡Claro, si no se vieron más! Se fueron de vacaciones separados...
–¿No es lógico irse de vacaciones separados? En realidad, él está trabajando. Recién estamos empezando una relación, conociéndonos. Nos divertimos y nos elegimos para estar juntos. Hablamos todos los días por teléfono y nos llevamos bárbaro. ¡No tenemos por qué irnos juntos de vacaciones un mes a Tailandia! En unos días nos vamos a ver, cuando él, que está internado en la isla del Tigre donde hacen Soñando por Bailar, tenga algo de tiempo libre. Yo estoy semi de vacaciones, entre Pinamar, Mar del Plata, Punta del Este. Yendo de acá para allá porque en verano siempre hay laburo.

-¿Cómo manejan el amor a distancia?
–Es complicado. Nos mensajeamos todo el día, tenemos la Blackberry ardiendo. Nos extrañamos.

–Está bueno extrañar.
–Obvio. ¡Sí! Extrañar nos da pilas para tener más ganas de estar juntos. Además nos sirve para darnos cuenta de qué es lo que realmente pasa, más allá del programa. Es mucha la popularidad y para seguir decidimos preservar lo nuestro de las cámaras. Si no se vuelve heavy.

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