jueves, 28 de febrero de 2008

Flavia Palmiero en revista luz


Antes de reunirse con el equipo de LUZ en el hall del hotel donde se hospeda en Punta del Este para disfrutar de sus vacaciones, Flavia se excusa pidiendo que la aguardemos porque tiene que esperar a una amiga para prestarle su auto. Esa amiga es nada menos que Araceli González y cuando ésta finalmente llega, ambas se funden en un gran abrazo y empiezan a murmurar pícaramente (¡vaya a saber de qué!), recreando una situación típica de las mujeres cuando se ponen a chusmear en cinco minutos sobre todo lo que acontece en sus vidas. Después de estos dimes y diretes, Flavia nos invita a su habitación y en su deck con vista al mar empieza a reflexionar sobre su presente, aunque antes de que se prenda el grabador aclara que no va a hablar sobre un supuesto romance con un conocido relacionista público ligado a las celebrities, a los cantantes y a las modelos. Finalmente, ¿mantendrá su palabra o concluirá contestando lo que todos sospechan sobre su relación con Hernán Nisembaum?

Más allá de eso, se entrega a hablar del amor y despotrica contra los hombres al mejor estilo de las charlas de Sex & The City. En cuanto a lo laboral, confiesa que todas sus energías están puestas en su nuevo rol de productora artística de La Ola Verde, el ciclo que, junto a La Ola está de Fiesta, la consagró como ídola infantil en los años ‘80 y que volverá a poner al aire (sin fecha confirmada) con la conducción de la modelo Rocío Guirao Díaz. “Estoy feliz porque es un proyecto que tenía en mente hace mucho tiempo. Tengo ganas de correrme de la pantalla, quiero que mi carrera se dirija hacia otros lados. Además estoy muy entusiasmada porque en esta remake voy a crear canciones de mi absoluta autoría”, sostiene quien, más allá de su imagen asociada a la televisión, comenzó su carrera en el cine al protagonizar la película Evita, quién quiera oír que oiga.

-¿Por qué elegiste a Rocío para conducir La Ola Verde?
-Me impactó su forma de ser. Además, cuando participamos de Bailando por un sueño se me acercó con mucho respeto y admiración, y eso me encantó. En ese momento le vi condiciones naturales para hacer este proyecto, entonces la llamé a la semana siguiente y le dije que quería que condujera La Ola Verde.

-¿El hecho de que ella aparezca en algunas revistas ligera de ropa o como una femme fatal no juega en contra de la imagen angelical que se les intenta vender a los niños?
-No creo que sea una femme fatal, sí es una sex-symbol, pero tiene un carisma especial para seducir a los más pequeños.

-¿En qué te identificás con ella?
-La veo canchera, piola y trabajadora. En ese sentido somos iguales. Por el resto, somos distintas porque es de otra generación.

-¿No te genera rencor que una chica más joven ocupe el lugar que vos conquistaste en otra época?
-No, porque yo ya estoy hecha. En su momento logré lo que tanto soñaba, viví a pleno ser una ídola infantil y lo hice sola, sin deberle nada a nadie. Ahora quiero volver a conectarme con los más chicos, pero desde otro lugar, y me siento orgullosa de darle una oportunidad a Rocío.

-¿Te dan miedo las comparaciones?
-Creo que pasó un tiempo prudencial para que nadie entre en comparaciones. Yo no soy como Rocío, ni ella como yo, tampoco busco que me imite.

-A ella la conociste en Bailando por un sueño, ¿cuál es el balance de tu paso por ese programa?
-Fue realmente bueno. Viví emociones fuertes aunque siempre mantuve los pies sobre la tierra para no perder la cabeza.

-¿En qué sentido lo decís?
-En el que hubo participantes que hicieron cosas raras por el sólo hecho de figurar. El programa medía picos de rating, entonces querían aprovechar sus 10 minutos de fama para consagrarse. Yo entendí que era un juego, lo jugué y me fui.

-Te mostraste tal cual sos….
-Seguro. Encima, cuanto más trayectoria tenés, más sufrís porque es una gran responsabilidad salir a hacer algo a lo que no estás acostumbrado. Moria (Casán) y Carlos (Perciavalle) me contaron que el primer día estuvieron re-nerviosos, y cuando empecé a bailar la primera vez las piernas me temblaban. Es diferente a esos que recién comienzan, que no les importa nada, son inconscientes y se mandan de una porque no tienen nada que perder.




-¿El baile es terapéutico?
-Seguro, personalmente me ayudó a ganar más seguridad, me desinhibió y aumentó mi energía.

-¿Te sirvió para modelar la figura?
-Sí, con el baile el cuerpo se pone increíble, súper tonificado.

-¿Sos obsesiva con tu imagen?
-No, pero tampoco me dejo estar. Además, después de los 40 tenés que potenciar los cuidados. Cuando voy al centro de estética a hacerme electrodos y mesoterapia y veo que hay chicas de 25 años atendiéndose, pienso: “¡Ah, bueno, si éstas arrancan ahora, qué nos queda a nosotras!”.

-¿Te gustaría volver a los 20?
-¡Nooo!, jamás. Siempre me dicen que me veo mejor ahora, aunque no siento haber transitado por grandes cambios, mantuve intactos mi cuerpo y mi cara, simplemente fui mutando de estilo.

-¿Entrarías al quirófano si las arrugas comienzan a verse?
-No quiero pensar en el día en el que tenga que operarme. Me asustan las cirugías, la cara no me la tocaría nunca. Por suerte, todavía siento que no necesito pasar por el bisturí.

-¿El hecho de que te mantengas joven es producto del amor?
-Nunca lo pensé, pero podría ser así. Soy una persona que vive el amor muy intensamente y cuando estoy enamorada me siento plena.

-Hoy por hoy se te ve espléndida, ¿ese estado tiene que ver con tu relación amorosa con Hernán Nisembaum?
-De ese tema no voy a hablar. Simplemente te digo que no somos novios, ni nada por el estilo.

-Pero aparecieron juntos en un montón de revistas...
-Porque tengo buena onda con él, pero ni siquiera estamos saliendo. Lo que están publicando las revistas es falso porque no son palabras mías.

-¿Y las fotos?
-Nos empujan a hacerlas y como somos amigos las hacemos, pero no tengo nada con él. No es que nos muestran caminando en la playa agarrados de la mano.

-OK, ¿pero esa amistad puede desembocar en amor?
-La verdad que no. Ojo, te confieso que estoy lista para volver a enamorarme, pero todavía no me pasa eso. Me encantaría vivir una gran historia de amor.

-¿Por qué pensás que siempre te adjudican romances?
-Creo que se debe a que la gente me quiere ver bien y no le gusta que esté sola.

-¿Es muy difícil conquistarte?
-No soy una mujer fácil de conquistar. Me seducen los hombres seguros porque me hacen sentir cuidada y protegida. Pero como tengo carácter y personalidad, a veces no logro encontrar a quien me domine, en el buen sentido.

-¿Alguna vez encaraste a alguien que te gustaba?
-No, nunca me animé, soy muy antigua en ese aspecto. Me parece que lo ideal es cuando se da una química natural entre las dos personas, llegar a ese grado de conexión es mágico.

-Saliste con hombres de diversas edades como el cantante Joe Fernández (10 años menor), y Franco Macri (20 años más grande), ¿cuáles son los que realmente están a punto caramelo?
-En verdad, el amor no tiene edad. Simplemente es cuestión de encontrar a alguien que vibre en la misma sintonía. De todas maneras, hoy en día los hombres no se diferencian en cuanto a la edad, ¡todos tienen catorce años!

-¿Querés decir que los hombres son básicos?
-Sí, totalmente (risas), son básicos y eso se nota en comparación con las mujeres, que somos más maduras. Me encantaría estar con alguien que me haga feliz, pero los hombres son más inmaduros. Las mujeres, en cambio, tenemos en claro lo que queremos, por eso actualmente hay tantas chicas solas.

-Si encontrás al amor de tu vida, ¿te volverías a casar?
-¿Por qué no? A veces siento que es difícil que me enamore otra vez, pero no dejo de creer en el amor, soy súper romántica. Reconozco que durante este tiempo en el que estuve sola me dieron ganas de convivir con alguien.

-Además de ponerte el vestido blanco, ¿te gustaría ser madre nuevamente?
-Si estoy enamorada me encantaría, es una fantasía que tengo desde que cumplí los 40 años. Haber sido mamá a una edad temprana fue positivo porque pude reiniciar mi vida otra vez. Ahora que mis dos hijos son adolescentes y están más independientes me gustaría volver a ser madre. Eso sí, antes tengo que encontrar al candidato perfecto

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